Moody - Penelope Ward


El día que me presenté en la extensa casa de Dax Moody, no tenía ni idea de lo que me esperaba.

Como masajista itinerante, estaba acostumbrada a entrar en casas de desconocidos.

Pero este encargo era diferente a todos los anteriores.

Desde fuera, había asumido correctamente que el propietario era rico. Lo que no sabía era que sería más joven de lo que había imaginado, soltero, impresionantemente guapo y misterioso.

A pesar de que Dax había reservado un masaje, éste nunca llegó a producirse, ya que nuestra primera cita se vio interrumpida inesperadamente por una comedia de errores.

Con la certeza de que no volvería a verlo después de aquel día, no había hecho otra cosa que pensar en aquel hombre tan cautivador.

Para mi sorpresa, me llamó por segunda vez. En esa cita, hablamos mucho, desarrollando una conexión más fuerte. Pero una vez más, no hubo un masaje real.

El hombre al que ahora llamaba cariñosamente "Moody" seguía llamándome para que volviera.

Tuvieron que pasar tres veces hasta que finalmente le di el masaje que había pedido. Digamos que fue un reto mantener la profesionalidad. Me sentí extremadamente atraída por Dax, y para ese momento, me estaba enamorando.

Con el tiempo, descubriría por qué había sido tan distante, la razón por la que él y yo nunca podríamos estar juntos.

Nuestra historia debía terminar ahí, pero no fue así.

En lugar de eso, me quedé anhelando perpetuamente a un hombre prohibido.


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