#1
Regla no 1: No hagas enfadar a los Sick Boys
Son crueles. Imprudentes. Imposibles de joder.
Los Sick Boys se alimentan del orden que crean. Gobiernan la Universidad de Eastpoint como lo han hecho sus familias durante décadas. Pero su poder no se detiene ahí. Los tres son herederos de algunas de las mayores fortunas del mundo, y detrás de esa riqueza se esconde un submundo de corrupción.
En la superficie, son príncipes perfectos y él es su Rey. Pero debajo de todo, están llenos de sangre, mentiras y secretos. Con todas sus conexiones, tienen el poder de aplastar a cualquiera que se interponga en su camino.
Pero solo porque sean tan retorcidos como yo, no significa que vaya a darles un pase libre.
Porque yo, Avalon Manning, no me inclino ante nadie, y vivo para romper las malditas reglas.
#2
Regla No. 2: No muestres miedo.
Son viles y retorcidos.
Lo único más jodido que los Sick Boys soy yo, y estoy lista para mostrárselos.
Los Sick Boys me están ocultando algo. Quieren fingir que no maté a mi violador y que ellos no ayudaron. Pero no somos estudiantes universitarios ordinarios, eso me ha quedado claro, y me estoy cansando de todas las mentiras y secretos.
Sus máscaras se están resquebrajando y, finalmente, estoy empezando a ver la grotesca realidad que hay debajo. Es mucho más oscuro de lo que esperaba, y no es suficiente. Ellos saben todo sobre mí, así que ahora es mi turno. No temo nada. No a ellos. Ni el hombre que maté ni la gente que me tendió una trampa.
El miedo es para los débiles y yo, Avalon Manning, soy todo lo contrario.
#3
Regla no 3: Nunca dejes que nadie piense que puede hacerte daño y salirse con la suya.
Pensé que había visto y sentido lo peor, pero no hay nada peor que la traición.
Corina sabe quién está detrás de lo que me pasó y puede pensar que esconderse la mantendrá a salvo, pero después de todo lo que ha pasado, nada puede mantenerla a salvo de mí y de los Sick Boys. Ella es un peón en todo esto, pero conseguiré esa información, aunque tenga que sacársela, poco a poco, joder.
Esta pequeña farsa está a punto de terminar. Pensaron que podrían arrastrarme a la suciedad y convertir mi alma en polvo. De lo que no se dieron cuenta es de que no queda nada de mi alma y no me importa ensuciarme un poco si eso significa conseguir mi venganza. Puede que me haya dejado engañar una vez, pero de ninguna manera dejaré que me engañe dos veces.
Cuando acabe con ella, iré por los más importantes.
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